Partido de infarto en el Nuevo Mirandilla. Un encuentro con las miras puesta al resultado del Mallorca que perdió su partido contra el Español.
uno con sus armas, sus herramientas y su filosofía, además de la necesidad de sumar de tres. Así se presentaban Cádiz y Villarreal sobre el césped en una tarde marcada por el viento de levante y una fuerte lluvia. Fueron los cadistas quienes comenzaron antes a buscar la portería del contrario con un cabezazo de Víctor Chust y un disparo del Choco desde fuera del área.
Respondían con jugadas aisladas los de Unai Emery, que se encontraban con las apariciones de los defensores cadistas. Todos ellos anduvieron bien atentos cuando los del conjunto castellonense pisaban el área defendida por Conan Ledesma. Mientras tanto, los gaditanos merodeaban con peligrosidad el arco contrario sin premio.
Con el empate a nada se llegaba a vestuarios. Durante el descanso, el Villarreal llegaba a realizar hasta tres cambios, aunque el guion del encuentro no parecía cambiar y seguían siendo los de amarillo y azul quienes más se acercaban al primer gol de la tarde. El cuadro visitante, sin embargo, no cesaba en su filosofía de llegar a la meta de Ledesma construyendo la jugada desde atrás.
Según se iba acercando el final del partido, las acciones se aceleraban y los espacios iban apareciendo. En uno de estos acercamientos, ya al filo del tiempo reglamentario, un centro de Lucas Pérez desde línea de fondo era rematado en el segundo palo por Rubén Sobrino para desatar la locura en el templo gaditano.
Faltaba aguantar el resultado durante los tres minutos de descuento, y un equipo comandado por Negredo se encargó de no dar opción al contrario y llegar al pitido final con el uno a cero en el luminoso, dándole al Cádiz tres puntos de oro para la lucha por la permanencia.
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