La nueva ley hipotecaria que entró en vigor el pasado domingo ha sido valorada positivamente por todas las partes afectadas. Los bancos ven sus seguridad jurídica blindada ante nuevas demandas por prácticas abusivas y los clientes se libran de gastos administrativos y quedan más protegidos por ley.
Sin embargo, el efecto a medio plazo podría ser un aumento de precio de las hipotecas mientras que varios aspectos han quedado sin regular como la dación en pago o las cesiones de crédito, en lo que los expertos consultados consideran una oportunidad perdida. Estos son los principales pros y contras de la nueva ley para clientes y bancos.
Clientes más protegidos
El fin de las cláusulas abusivas y el endurecimiento de los requisitos para practicar desahucios son las medidas mejor valoradas de la nueva ley por los clientes hipotecarios. Sin embargo, desde la Asociación para la Defensa de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), advierten de que el cumplimiento de la ley deberá ser estrechamente vigilado. Manuel Pardos, presidente de Adicae, admite que la nueva ley trae «avances» para el cliente, pero anuncia la creación de un observatorio para vigilar su cumplimiento.
El endurecimiento de los requisitos para que la entidad realice un deshaucio –el impago de 12 cuotas en la primera mitad del préstamo y 15 cuando ya se ha cumplido la mitad– hace de las hipotecas algo «muchísimo más equitativo», declara Guillermo Rocafort, profesor de Derecho de la Empresa de la Universidad Europea de Madrid.
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