En ocasiones, cuando nos referimos al ‘acento’ de una persona, poco tiene que ver con su forma de declamar las frases. O con su lugar de nacimiento, si es Galicia o Granada. Hay veces en que cuando hablamos de acento, de lo que estamos hablando es de personalidad, de carácter único, indómito e intransferible.
Es el caso de Pepe, un vecino de Mairena del Aljarafe, Sevilla, dueño de un bar muy conocido en la localidad. Pepe se ha ganado el corazón de todos los visitantes de su bar, un espacio de encuentro ya mítico que forma parte del imaginario popular sevillano. Un bar con mucho acento. El bar de Pepe ‘El Mudo’.
Como cuando Kiko Veneno hizo un dueto con C. Tangana, el bar de Pepe el Mudo es un claro ejemplo de que hay pocas cosas tan modernas y tan actuales como sentirse orgulloso de las raíces y apostar por la verdad que rezuma el acento propio. En casa de Pepe y Esperanza, anotar las comandas con un trozo de tiza sobre la barra es una muestra de carácter. Como lo es limpiarse las manos con rollos de papel en lugar de servilletas tras degustar las gambas cocidas especialidad de la casa. Una ocurrencia convertida en culto, un acento propio que va mucho más allá del habla.
Ese es el sello de Pepe y Esperanza, que llevan al frente del proyecto nada menos que 54 años, secundados desde hace algún tiempo por sus hijos Pepe, Mercedes y Carmen. Y tal es el arte y el acierto con el que han alimentado los momentos de ocio y felicidad de sus vecinos, que hasta le han dedicado a Pepe una rotonda en el pueblo, entre otros reconocimientos.
Para otra persona, ser sordo habría sido una barrera irreconciliable con las artes del servicio hostelero. No fue el caso de Pepe y Esperanza. En su bar todo se entiende a la perfección. Por ejemplo, cuando alguien quiere pedir una Cruzcampo, coloca los dedos pulgar e índice en cruz.
La historia de Pepe El Mudo era digna de ser contada. Por eso, Cruzcampo pensó en la joven productora andaluza Carne al corte para realizar el documental, que ya puede verse en redes sociales y plataformas digitales, y llevar a los hogares de toda España la historia de Pepe y Esperanza bajo el título de ‘Pepe El Mudo, una historia #ConMuchoAcento’. El director de la productora, Cani Galán, ha asegurado que «Cuando Cruzcampo nos propuso este proyecto, nos fascinó todo. Desde el primer día que fuimos a conocer a Pepe y su familia, sentimos que eran una fuente de inspiración, tanto ellos como la autenticidad del universo que habían creado en su bar de Mairena».
A lo largo del documental asistiremos a declaraciones de amigos y vecinos, incluso de la propia familia de Pepe, su hija Carmen Martínez, que manifiesta, dejando vislumbrar un evidente sentimiento de admiración, cómo poca gente en su época apostaba por ellos y que, aún así, salieron adelante con su querido negocio: «En aquellos tiempos, siendo sordos, y sin dinero, poca gente apostaba por ellos. Salieron adelante con mucho esfuerzo y creatividad».
Uno de los participantes ilustres de la pieza es el cantautor Kiko Veneno, un vecino de Mairena. «Pepe es una persona auténtica, ha creado desde sus inicios un mundo al que ha incorporado un montón de cosas para las que se requiere ese toque personal que da el acento», explica el artista. «Es una enseñanza muy viva de cómo las personas tenemos nuestra propia forma de ser y de expresar nuestra personalidad. De cómo el acento está presente más allá de lo fonético».
Esta nueva entrega de #ConMuchoAcento sigue los pasos de ‘Lola’, el spot de 2021 que llegó al corazón de las nuevas generaciones de un modo muy especial: mediante la reivindicación del acento, del orgullo de ser como son. Una idea que caló tan hondo que, precisamente, el germen que inspiró esta nueva campaña surgió como respuesta de las universitarias Moira Casela y Paula Covas a un reto lanzado por Cruzcampo a través del Festival CdC (Club de Creativos).
Sin duda, la historia de Pepe el Mudo es una historia con mucho acento. Porque el acento, como dice Kiko Veneno, está por encima de la fonética. Tener acento es enfrentarse a la vida con el orgullo de saber aportar al mundo lo mejor de nosotros mismos. Es mirar al que tenemos al lado conscientes de que somos iguales, que todos buscamos amor, cordialidad y esperanza. Pepe, su mujer, y muchos otros que llevamos el acento por bandera, somos muy conscientes de ello.