Seguro que cualquier peatón es capaz de poner en una lista unas cuantas quejas respecto a al estado en el que se encuentran algunos elementos del mobiliario urbano o las aceras y con tan solo darse un paseo por la ciudad de Cádiz.
Sin embargo, la realidad es que la ciudad presenta muchos más obstáculos para las personas que padecen algún tipo de discapacidad física o movilidad reducida, sobre todo aquellas que necesitan una silla de ruedas para moverse.
Nuria, publica un video en sus redes sociales como sufre Estas barreras arquitectónicas en nuestra ciudad de Cádiz.
Es curioso que hace 600 años antes de Cristo, una rampa suave conectaba el mercado con la Acrópolis de Atenas. Esta estructura fue fundamental para transformar la ciudad de un bastión feudal a un espacio cívico y religioso. Es fácil entender que Grecia “inventó” la accesibilidad. Una historia donde se abrigan pasado y futuro. Algo que algún concejal del ayuntamiento de Cádiz no esta con los tiempos corren o está más preocupado en sus ideologías políticas, en vez, de hacer mejor el presente para un mejor futuro.
En 2050, unos 940 millones de personas sufrirán alguna discapacidad. Y las Naciones Unidas advierte de que el discurrir del hombre dentro de las ciudades supone “un gran desafío”. Hay que ponerse en la piel de los otros para darse cuenta y sentir la angustia de quien no puede moverse por la calle, acceder a una tienda o viajar en transporte público. No son los seres humanos los discapacitados, es el entorno que hemos creado; es el espacio donde resuelven su cotidianidad. Porque a veces las ciudades se convierten en campos de minas para los sentidos. Puertas bloqueadas, ascensores inexistentes o que no funcionan, rampas que faltan.