Máxima atención y cierta preocupación en la comunidad internacional respecto a los futuros pasos que se pueden dar en Moscú. Los líderes de la OTAN han acordado reforzar la ayuda a Ucrania con el envío de equipamiento de protección contra ataques químicos y nucleares, además de activar las defensas aliadas ante este tipo de amenazas por un posible efecto de estos ataques en las zonas cercanas a Ucrania que sí están bajo el control de la OTAN.
Así lo ha confirmado el secretario general, Jens Stoltenberg, tras la cumbre extraordinaria en la que los aliados han reafirmado el apoyo a Kiev para hacer frente a la invasión rusa.
En este sentido, el líder de la OTAN ha detallado que los aliados enviarán equipos de protección contra amenazas «químicas, biológicas, radiológicas y nucleares», después de que entre los aliados cunda la idea de que hay que estar preparado para este escenario en el conflicto en Ucrania.
En rueda de prensa desde los cuarteles generales de la OTAN, ha advertido de que Moscú prepara un pretexto para emplear este tipo de armas y ha avisado al Kremlin de que si da ese paso, «cambiará totalmente la naturaleza del conflicto» y tendrá «grandes consecuencias».
En la Alianza Atlántica hay temor a que un ataque de este tipo afecte no solo a la población ucraniana, sino que se extienda a otras partes de Europa y la contaminación llegue al territorio aliado. Por ello, los aliados han activado ya los elementos de defensa de la OTAN ante estas amenazas.
Los pasos que la OTAN dará tras realizar este anuncio se pueden dividir en dos direcciones: dotar, tanto a las fuerzas desplegadas en las fronteras como a las tropas ucranianas, y vigilar. En este sentido, esta medida se plasma dentro de los «elementos de defensa química, biológica, radiológica y nuclear» con los que cuenta la Organización.
En cuanto a las capacidades de dotación, la OTAN fortalecerá sus dotaciones con el despliegue de efectivos de defensa adicionales especializados en materia nuclear en los contingentes de la OTAN ya desplegados en las inmediaciones de Ucrania. «Esto incluye equipos de detección, equipamiento médico, adiestramiento contra la descontaminación y gestión de la crisis», ha explicado Stoltenberg tras la Cumbre en Bruselas.
Más allá de nutrir a las tropas ya desplegadas y apoyar a Ucrania, no se ha querido aclarar cuál sería la respuesta de los miembros de la organización militar y si un posible ataque supondría la activación de la cláusula de defensa colectiva de la Alianza de uno para todos y todos para uno, lo que supondría una implantación directa en el conflicto.
El informe de conclusiones se limita a decir que la utilización de este tipo de armamento sería «inaceptable» y provocaría la aplicación de «consecuencias severas» que no han sido detalladas en profundidad.
Desde el punto de vista puramente militar, los aliado también han acordado la incorporación de cuatro nuevos batallones en Hungría, Bulgaria, Eslovaquia y Rumanía para dar seguridad a los aliados de la zona este de Europa. Estos se unen ya a los otros cuatro desplegados desde el año 2017 en Polonia y Países Bálticos. Además, los países seguirán enviando armas, munición, misiles antitanque, antiaéreos y drones, pero no tanques o aviones.