En 1946 un pequeño pueblo medieval situado en la Toscana italiana, Fabbriche di Careggine, con apenas 31 casas y una preciosa Iglesia de piedra del siglo XIII, quedó anegado nada menos que por 34 millones de metros cúbicos de agua.
Las autoridades de la región vieron necesario que se construyera un lago artificial para utilizarlo con el fin de generar energía eléctrica y como reserva de agua al ser una zona propensa a sufrir incendios.
Antes de que fuera inundado por el actual Lago de Vagli, sus apenas 150 residentes, descendientes de un grupo de herreros que se habían trasladado desde Brecia hacia el siglo XII fueron trasladados a un pueblo cercano, Vagli di Sotto para iniciar una nueva vida.
La hidroeléctrica Enel, que es la propietaria del Lago ha advertido que probablemente en 2021 drenarán el lago para realizar labores de limpieza y mantenimiento. Hasta el momento estos trabajos sólo se han realizado en 4 ocasiones: en 1958, 1974, 1983 y 1994. En 2016 se había previsto vaciar el lago, pero no fue posible realizarlo.
Cada vez que el pueblo emerge de las aguas se llena de cientos de visitantes, curiosos de caminar por sus calles, entre edificios que todavía se mantienen en pie, incluido el cementerio, el puente, la Iglesia de San Teodoro.
Desde hace 26 años, por lo tanto, nadie ha vuelto a ver el pueblo. Según ha publicado en las redes sociales Lorenza Giorgi, la hija del último alcalde que tuvo el pueblo, el lago será drenado de nuevo en 2021, con lo que se confirma la información adelantada por la compañía Enel.
Todos los habitantes de la zona están deseando que el precioso pueblo medieval emerja de nuevo de las aguas, puesto que atrae a un gran número de turistas y curiosos de todas las partes del mundo.
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