La muerte de Javier Ordóñez, un hombre de 46 años que fue sometido con brutalidad y el uso repetido de una pistola eléctrica Táser por dos policías en Bogotá, desató este miércoles protestas violentas en la capital de Colombia que dejaron un número indeterminado de manifestantes y uniformados heridos.
«Por favor, ya», «agente, le ruego», «no más, me ahogo» fueron las frases que dijo el hombre cuando estaba inmovilizado por dos agentes en una calle del barrio Santa Cecilia, en el occidente de la capital colombiana, y que provocaron la indignación entre los ciudadanos que protestaron frente a los Comandos de Acción Inmediata (CAI) de la Policía.
En esos puestos, de los cuales hay decenas en los barrios de las ciudades, los manifestantes, jóvenes en su mayoría, les gritaron «asesinos, asesinos» a los uniformados y comenzaron a arrojar todo tipo de objetos contra la infraestructura policial.
La protesta, que comenzó en el CAI del barrio Villaluz, al que estaban asignados los dos policías implicados en la muerte de Ordóñez, se repitió en otros lugares de Bogotá y de más ciudades del país, muchos de los cuales fueron incendiados por los manifestantes.
Según el secretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, en lo que va corrido del año la Alcaldía ha recibido 137 denuncias por «presunto uso excesivo de la fuerza, de posibles vulneraciones de derechos humanos por parte de la Policía» en la ciudad.








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