El coronavirus sigue haciendo estragos en el deporte. Varios eventos están siendo aplazados (el último es el caso de Indian Wells) o en su defecto se juegan a puerta cerrada. Ahora es el caso del partido de los octavos de final de la Champions League entre el FC Barcelona y el Nápoles en el Camp Nou. La Generalitat sigue con su afán de proteger a los ciudadanos del covid-19 y quiere el partido se juegue a puerta cerrada.
Según el diario ‘L’Esportiu’, el gobierno catalán quiere atajar la propagación del virus. Una alternativa que se está volviendo cada vez más común si se quiere continuar con el desarrollo de las competiciones deportivas. «Es una hipótesis, no hay ninguna decisión tomada, hay que hablarlo con el Barça, tendremos una reunión este lunes o el martes», aseguró Gerard Figueras, secretario general de deporte de la Generalitat, en Catalunya Radio.
«La prudencia recomendaría que el Barça-Nápoles se jugara a puerta cerrada. La decisión aún no está tomada. Entre hoy y mañana habrá reuniones entre diferentes departamentos del Gobierno y el club. Desde el deporte tenemos que intentar ser lo más estrictos posibles con la aplicación de los protocolos y recomendaciones sanitarias, aunque esto tenga consecuencias deportivas y también económicas», apunta Figueras.
La afición napolitana ya ha adquirido 5.000 entradas para asistir al encuentro y pese a que Nápoles no es una ciudad de riesgo, la Generalitat quiere cerrar por precaución el Camp Nou. Según fuentes cercanas al club azulgrana, aún se está esperando la decisión de las autoridad competentes, aunque lo más probable es que el evento se celebre sin público.
El club italiano ya sabe lo que es jugar un partido a puerta cerrada en España. El 1987, tras una suspensión de la UEFA al Real Madrid, los napolitanos disputaron el encuentro en el Bernabéu sin público.
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