China ya trabaja en una vacuna para frenar el coronavirus mientras las cifras siguen creciendo. Según el último balance, los fallecidos ascienden a 80 y hay cerca de 2.800 infectados, por lo que las medidas de prevención son cada vez más estrictas.
La Comisión Nacional de Salud de China ha detallado además que existen 461 pacientes en estado crítico. Las 24 nuevas muertes a causa del virus se han producido en la provincia de Hube, en el centro de China.
Decenas de médicos y sanitarios voluntarios de toda China se encaminan hacia Wuhan, el epicentro de la epidemia. Ya se les conoce como los ángeles blancos, por su compromiso con la lucha contra el coronavirus.
Serán una ayuda impagable para los que trabajan en la zona cero, que no dan abasto para atender a una población cada vez más desesperada. Y eso que la actividad frenética de las fábricas de material sanitario están aliviando las carencias de suministros.
También frenético el ritmo de construcción de dos hospitales específicos para contagiados en una ciudad casi fantasma y cuyo alcalde asegura que temen allí otros 1.000 nuevos casos.
El ministerio de exteriores está trabajando para que los 20 españoles atrapados en la cuarentena de Wuhan puedan salir del país. Una opción sería abandonar la zona con los estadounidenses, japoneses o franceses que van a ser evacuados.
El centro chino de control de enfermedades dice haber empezado a desarrollar una vacuna contra este coronavirus, pero el ministro de sanidad afirma que el patógeno se transmite rápido y que el riesgo de que mute es elevado.
Por ahora se han cerrado todos los mercados de animales salvajes, posible origen del brote, y en Cantón, la provincia china más poblada, sus 110 millones de habitantes deberán portar obligatoriamente mascarillas.
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