Un nutrido grupo de personas, asociaciones, diferentes colectivos del Carnaval de Cádiz y de nuestra Semana Santa han propuesto a D. Agustín Rubiales Plaza, como Candidato a la distinción de la Medalla de Andalucía, Bandera de la Provincia de Cádiz y Medalla de la Provincia de Cádiz que concede la EXCMA. Diputación de Cádiz.
Estas Distinciones de Andalucía y de la Provincia de Cádiz se concede a personas con una admirable colaboración y ejemplariedad en nuestra Andalucía y Provincia de Cádiz.
Se han enviado las pertinentes solicitudes a la Junta de Andalucía (Cádiz y Parlamento de Andalucía) y Excma. Diputación de Cádiz. Para que se eleve a donde corresponda, el SR. D. Agustín Rubiales, empresario y persona solidaria donde los haya, donde en innumerables ocasiones ha ayudado de una forma totalmente altruista a personas que lo han pasado mal, cediendo incluso pisos a personas desahuciadas, personas sin hogar, personas que pasando la enfermedad de cáncer y situaciones límites; les ha ayudado en todo lo que necesitan, y su mano abierta a quien lo necesite.
Colaborador en nuestra fiesta del Carnaval de Cádiz y Semana Santa en todo lo que necesite.
Consideran que es un ejemplo a seguir y la cara más amable de nuestra sociedad a todos aquel que necesite ayuda, merecedor de un reconocimiento a tantos años de entrega como benefactor del hambriento, sin casa , sin recursos…
Este tipo de Galardones se concede a personas con el fin de premiar y destacar el mérito de una conducta socialmente útil y ejemplar en nuestra querida Andalucía y provincia de Cádiz, en el desempeño de los deberes que impone el ejercicio de cualquier trabajo, profesión o servicio, y D. Agustín Rubiales ha sido en multitud de ocasiones reconocido como Gran Benefactor de Cádiz.
Cuando se casó, vivió en una habitación de 14 metros cuadrados en la Casa Lasquetty, en el barrio de Santa María. En aquel tiempo, era una infravivienda, en la que los vecinos malvivían.
Rubiales fue desahuciado con 21 años de Santa María, 11. Con dos hijos se vio en la calle por no poder pagar 8.000 pesetas. Fue gracias al cura de la Parroquia de la Merced, del barrio de Santa María, que le pagó los recibos y pudieron volver a casa.
Agustín Rubiales entiende bien a los pobres porque él también lo fue. En su juventud, cuando ya estaba casado y con hijos, pasó momentos en los que no tenía para comer.
Aunque pasara necesidades, malos momentos económicos, situaciones difíciles, Agustín Rubiales ayudaba a quien pudiera, dándole lo que tenía.
Tiene un gran corazón para ayudar a los demás. Es un hombre admirable, que lo pasó muy mal en otros tiempos, que se hizo a sí mismo como constructor, pero que nunca olvidó sus orígenes y ayuda siempre que puede. Su biografía es un mensaje de esperanza. Con esa profesión de albañil, fontanero … empezó a mejorar sus ingresos. Trabajaba para el patronato de casas militares. Así empezó a ahorrar y a madurar el proyecto que cambiaría su vida: crear su empresa de construcción.
Su ayuda a los demás ha sido constante y no tiene límites. El caso más mediático fue el de Joaquín y Josefa, aquellos mayores de Sevilla, desahuciados por su propio hijo. A él le dolió, porque también fue desahuciado de la Casa Lasquetty en su juventud. Les ofreció un piso en Santa María, 8 (esquina a Teniente Andújar). En otros tiempos había allí un almacén donde adquiría alimentos de fiado para su familia. Pasados los años, compró el edificio a la misma persona. A esa casa fue también la familia desalojada en Benjumeda, 35. Se enteró porque era el primer desahucio del nuevo Ayuntamiento, en junio de 2015.
Otro ejemplo, el de José Manuel Delgado, un sin techo de la plaza de las Tortugas operado de un tumor, tras conocer su caso. Agustín se enteró de su historia por el Viva Cádiz y no se lo pensó ni un momento:
“Te das cuenta del calvario que ha pasado y me fui directo al hospital para ver qué pasaba”.
En la oficina que tiene en la calle Hospital de Mujeres, no es nada raro ver gente haciendo cola para que Don Agustín Rubiales le ayude a pagar recibos pendientes de luz, agua, solucionarle algún problema… la cara amable de la solidaridad de Cádiz, siempre tiene un gesto humano de ayuda.
Como el caso de una chica con cáncer de mama, que no tenía vivienda y Don Agustín, nuevamente le ofreció un piso para que pudiera vivir dignamente.
O al laureado escritor de Carnaval, Don Pedro Romero Baro, grandioso escritor de comparsas, que muy necesitado, al final de sus años de vida, le arregló el cuarto de baño para su comodidad, ayudó en el pago de luz, agua y en su ingreso en una residencia de ancianos para que termina sus días dignamente… luego aparecieron los reconocimientos a Don Pedro.
Son muchas las historias emocionantes que se pueden contar del GRAN HOMBRE SOLIDARIO DE CÁDIZ, siempre con una sonrisa y una mano amiga, que tiene el reconocimiento de Cádiz.
No es nada raro verlo recoger en su propio coche a Personas Sin Hogar y llevarlos al hospital.
Como pueden comprobar, Don Agustín no tiene límites… quien le reclame, tiene su apoyo, ya sea para participar y colaborar con actos benéficos de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, como el Carnaval…
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