Si no hay un giro de última hora, ERC volverá a ganar las elecciones generales en Catalunya. Con más del 60% de los votos escrutados, la candidatura que encabeza Gabriel Rufián –que ha sustituido este noviembre al condenado Oriol Junqueras– revalida la histórica victoria conseguida el 28 de abril. Sin embargo, los republicanos deben lamentar una caída de 2 puntos en porcentaje de voto y 2 escaños respecto las pasadas elecciones. De acabar así, se quedan con 13 asientos en el Congreso.
De hecho, ERC queda primero pero lo hace por un escaso margen en votos y escaños sobre el segundo, el PSC. Los socialistas catalanes, cuya candidata por Barcelona –la presidenta del Congreso Meritxell Batet– apenas ha podido hacer campaña por indisposición, suman casi el 21% de los votos y contribuyen con 12 escaños a la victoria del PSOE de Pedro Sánchez en el conjunto del Estado.
La caída de los republicanos respecto abril se explica en parte por los trasvases de votos a los otros dos partidos independentistas. De hecho, JxCat gana un escaño (8) respecto a abril (7) y la CUP se estrena en unas generales obteniendo por primera vez representación en el Congreso: 2 diputados. La irrupción de los cuperos contribuye a aumentar el peso del independentismo.
La candidatura de Carles Puigdmont y que encabeza Laura Borràs superaría por escasos votos a En Comú-Podem y le superaría. En abril, fueron los comunes la tercera fuerza. Esta vez la lista que encabeza Jaume Asens por Barcelona cae a la cuarta posición aunque mantiene los 7 escaños que tiene en el Congreso y suma un porcentaje de sufragios similares a los del 28-A.
En el campo de la derecha, se da un triple empate entre PP, Vox y Cs, formación esta última que quedaría relegada a la última posición. Los tres partidos se sitúan en torno al 6% de los votos y obtienen 2 escaños cada uno por Catalunya, todos conseguidos por la provincia de Barcelona.
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