Y es que otras de las inquietantes paradas que se realizan en el barrio Santa Cruz es la del triángulo de espíritus latentes, situado en la calle Fabiola. “En la casa ubicada en el número 8 se aparece el fantasma del Cardenal Wiseman, que nació en Sevilla pero fue enterrado en Westminster, en Londres. Él quería ser sepultado aquí y por eso cuentan que no deja de manifestarse encendiendo luces, o con ruidos fuertes y portazos”, relata Huerga, que también otro de los misterios de este barrio: el de la mujer del patio de la calle Aire. “Se dice que sale una chica triste, vestida de época, llorando sobre una fuente…
Y lo sorprendente es que se encontraron restos de una joven que se suicidó en los años 20 tras ser rechazada por su novio”. El triunvirato de pasajes espeluznantes culmina con la mujer del candelabro que se vislumbra en la calle Madre de Dios, en el número 10. “Se sabe que cerca hubo un orfanato custodiado por monjas”, apunta Huerga, que durante todo el recorrido guiado recomienda libros, películas y series relacionadas con la ruta y los episodios que cuenta.
También muestra fotos de presuntos (y legendarios) asesinos, como el del afamado crimen de las estanqueras, acontecido en julio de 1952, en el que Matilde y Encarnación Silva fueron acuchilladas en la Avenida Menéndez Pelayo tras ser atracadas. “Fueron interrogados muchos de los malhechores conocidos de la época y al final se culpó a tres de ellos, que negaron la autoría del crimen hasta que, tras ser torturados, terminaron confesándola, aunque nunca se supo si fueron realmente ellos”, explica Huerga.
“Fueron condenados a muerte en 1956 y ejecutados en la Audiencia de Grados de la Plaza de San Francisco mediante garrote vil. Fueron los últimos ajusticiados en el garrote de Sevilla”, recuerda la guía, que recrea también uno de los sucesos más tristes del recorrido, por su actualidad. El de Luisa Roca, que en agosto de 1935 fue víctima de un crimen por violencia género, y cuyo cadáver quedó tendido en la Plaza de las Mercedarias sin que nadie pudiera salvarla. Su novio, Juan Zamora, no aceptó que ella rechazase vivir con él y la acuchilló en el cuello. “Con esta historia pretendemos transmitir que tenemos que evolucionar como sociedad. Que deben quedar para siempre como sucesos del pasado, nunca más del presente”.