En plena escalada de precios, una presunta red fraudulenta habría vendido aceite de oliva cuando en realidad era aceite de semillas. ¿Con qué fin? El beneficio económico del margen de precios que hay entre ambos. Un aceite no seguro y más barato de producir.
Un equipo de ‘Cuatro al día’ ha realizado un reportaje de investigación y ha conseguido hablar con algunas de las marcas implicadas.
“Este tipo de industrias, industrias clandestinas, se basa únicamente en el beneficio económico inmediato”, asegura primitivo Fernández, director general de ANIERAC. “Al comercializarse de forma clandestina no hay garantías de que esté elaborado y envasado en condiciones higiénicas. Hay peligros químicos como restos de disolventes que suponen un riesgo para la salud”, comenta Beatriz Robles, tecnóloga alimentaria.
El programa ha contactado con varios implicados que niegan directamente que su empresa forma parte de esta trama y se niegan a continuar hablando con el programa.
Además, ‘CAD’ ha hablado con el gerente responsable de la almazara que aparece en las etiquetas fraudulenta y que también niega que comercialice aceite de semillas. “Yo solo trabajo con oliva. El que quiera que coja una botella precintada mía y la lleve a analizar… y entonces esa si que puedes decir que es mía”, asevera el responsable.