Los amantes de la música y de conducir, seguramente se sientan interesados por conocer las nuevas normativas que quiere fomentar la Dirección General de Tráfico para tratar de reducir las distracciones en los vehículos mientras estamos conduciendo. El objetivo de esta medida es sumarse al resto de alternativas conocidas, con la idea de que los cinco sentidos permanezcan en la carretera, mientras pilotamos nuestro coche; todo con la idea de reducir al máximo posible la cantidad de accidentes que, todavía a día de hoy, se producen en nuestras calles.
Para plantear un escenario en el que se reduzca esa siniestralidad en las carreteras y mejorar la seguridad al volante, la DGT se plantea tomar una importante decisión. En los últimos tiempos, han permanecido realizando cambios en las normas de circulación y se adapta a los nuevos tiempos con el endurecimiento de las multas y sanciones. Con la entrada en vigor de la nueva ley de Tráfico hay que tener en cuenta que muchas de las acciones que hacíamos hasta ahora, como adelantar superando en 20 kilómetros por hora la velocidad máxima, han cambiado. Sin embargo, existen otras muchas infracciones que ignoramos, como la que acarrea no echar gasolina.
Como objetivo principal, el órgano de tráfico de nuestro país sigue velando por la seguridad de quienes se ponen a diario a los mandos de un volante, y todo aquello que pueda suponer una distracción es un problema. Sin tener que hacer muchos alardes de pensamiento, todos seríamos conscientes de que hay algún que otro hecho que evidentemente supondría alejar nuestra atención de la conducción, como por ejemplo tener el móvil en la mano; pero, sin embargo, hay otra variedad de acciones que son aparentemente inocentes, pero que pueden llegar a tener consecuencias para el propio conductor como para cualquiera de los otros usuarios que nos acompañan en la vía.
Ponerse a los mandos de un coche, debe hacernos acumular toda nuestra atención y precaución en la vía y a todos los estímulos que podamos percibir de ella. Cantar a todo pulmón, tu canción favorita, puede distraerte. Del mismo modo que llevar la música a todo volumen puede hacer que te pierdas sonidos importantes, como la sirena de una ambulancia. Conducir sin la diligencia necesaria que exige la carretera te costará 200 euros.
Además, hay que tener en cuenta la limitación de ruido, que varía en función del horario y la ciudad en la que nos encontremos. La referencia mínima es de 87 decibelios (dB), y dependiendo de en cuanto se exceda el ruido, la multa será mayor o menor. En Madrid, superarlo en 4dB son 300 euros. Pero en función del ayuntamiento, las sanciones pueden llegar hasta los 3.000 euros.
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