Llega el momento la primavera. Hoy toca cambiar los relojes para adaptarlos al horario de verano. Pero, ¿Cuándo hay que hacerlo exactamente? Y, en este caso, la eterna duda: ¿Hay que adelantar o retrasar el reloj? La noche del sábado 26 de marzo o, mejor dicho, durante la madrugada del domingo 27, los relojes se adelantarán una hora. Cuando sean las 2.00 serán las 3.00. Esto es, esa noche dormiremos una hora menos.
Este cambio de hora forma parte de la Directiva Europea 200/84CE que también establece la aplicación del horario de invierno. Esta normativa es de obligatoria aplicación en todos los países miembros de la UE y tiene como objetivo lograr un ahorro energético y aprovechar las horas de luz natural. Según argumentaba la Comisión Europea en 1999, esta medida supone además un beneficio para sectores como el transporte y las comunicaciones, para la seguridad vial, las condiciones de trabajo, la salud, el turismo y el ocio.
El principal motivo para tener dos horarios, el de verano y el de invierno, es el ahorro de energía que se produce al aprovechar más la luz solar. En España, esta adaptación de los horarios se instauró, definitivamente, en 1940, y, desde entonces, dos veces al año se adelantan o atrasan todos los relojes del país.
La Comisión Europea realizó en 2018 una consulta pública a todos los ciudadanos en la que más del 80% de los 4,6 millones de personas que participaron se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora. Sin embargo, la falta de consenso entre los estados y de evaluaciones de impacto ha hecho que Europa retrase la posible anulación del cambio horario, cosa que aún no se ha producido.