Las ganas de carnaval en Cádiz se han saciado con los primeros papelillos y serpentinas sobre el suelo, las primeras coplas en rincones más dispersos y menos comunes, muchos visitantes jóvenes en torno al botellón y un dispositivo de limpieza, que tras una intensa y ruidosa noche de sábado, ha dado paso a un luminoso domingo de coros, aunque sin coros en la batea, si estaba el coro a pie de Sevilla Pecci por las calles de Cádiz. Otro gran momento de la jornada se vivió en el Oratorio de San Felipe con la chirigota del Selu.
La ciudad ha recuperado su fiesta, tras un año de vacío, aunque sin la organización oficial del Ayuntamiento de Cádiz, que prefirió hace meses posponer la fiesta a mayo y junio debido a la pandemia, lo que se nota en la falta de iluminación o decoración especial, la ausencia de palcos con agrupaciones y de las tradicionales fiestas gastronómicas.