Una investigación realizada por la empresa sevillana Gestionarte, con Benjamín Domínguez como conservador-restaurador, ha sacado a la luz una pintura de Bartolomé Esteban Murillo que se considera su primera Inmaculada, que se conserva en a iglesia de San Vicente Mártir de Sevilla y fue pintada en torno a 1645.
La pintura ha salido a la luz al culminar un proceso iniciado en 2011, según ha indicado Domínguez a Efe, que ha concretado que el entonces párroco, Pedro Arenal, le encargó una labor que retomó su sucesor, Marcelino Manzano, que encontró la financiación, y con la llegada del actual sacerdote, Carlos Coloma, se inició el trabajo propiamente dicho.
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