El Congreso aprueba la prórroga de seis meses del estado de alarma con la abstención del PP. Cataluña, la Comunidad Valenciana y Cantabria se suman a los cierres perimetrales. También Madrid, pero sólo en los dos próximos puentes. Castilla y León pide un confinamiento domiciliario si la situación epidemiológica no mejora en 15 días.
Todo sucede a gran velocidad, a la misma a la que se transmite el virus: un nuevo máximo de 23.580 casos y 173 fallecimientos notificados este jueves. Las restricciones puntuales del último mes han caído como un castillo de naipes sin surtir grandes efectos y ya ninguna barrera parece suficiente ante una segunda ola fuera de control.
Las últimas medidas adoptadas en cascada en toda Europa, cierres prolongados de hasta un mes, toques de queda y el confinamiento general suavizado en Francia, acercan a España al escenario de primavera. La presión hospitalaria en las próximas dos semanas determinará el rumbo.
Con una incidencia acumulada en los últimos 14 días por 100.000 habitantes que ya alcanza los 468 casos de media y una positividad del 13,7 %, sigue creciendo paulatinamente el número de hospitalizados (17.520, 14,2 %) y el de pacientes en ucis (2.404, 25,5 %) con seis comunidades (Aragón, Madrid, Cataluña, Castilla y León, Navarra y La Rioja) por encima o alrededor del 40 %.
EL POLÉMICO CIERRE DE MADRID
Los puentes de noviembre, el cercano de Todos los Santos y el de la Almudena del 9N en Madrid, han acelerado los confinamientos perimetrales amparados por el estado de alarma. Canarias y Baleares aparte, sólo se mantienen al margen de momento Galicia y Extremadura, que no dejan de estudiarlo.
Al grueso de autonomías se han sumado este jueves Cantabria, Cataluña, la Comunidad Valenciana y a su particular modo Madrid, cuya presidenta, Isabel Díaz Ayuso, sigue empeñada en desmarcarse y aprobar su propia prórroga del pulso que mantiene con el Gobierno, sean cuales sean las circunstancias.
“He decidido ordenar el cierre durante el puente (del 1N), pero solo por los días imprescindibles. Y hacer lo mismo en el siguiente (9N)”, ha dicho Díaz Ayuso, sin más precisiones que, como ya es habitual, han llegado después. La Comunidad de Madrid cerrará primero el 30, 31, 1 y 2 de noviembre y, luego, el 7, 8 y 9.
En total siete días, los mismos que marca el decreto para que la medida sea eficaz. Eso sí, siete días alternos, como argumentaba Madrid que se ha concedido a la ciudad autónoma de Ceuta. Los «juegos políticos» que le piden a Ayuso que abandone sus discrepantes socios de Ciudadanos.
El Gobierno ha autorizado el primer puente y la Interterritorial de Sanidad estudiará el miércoles si es pertinente el cierre por días. Previamente, la vicepresidenta Carmen Calvo había acusado a la presidenta madrileña de ir siempre en contra de lo que decide el Ejecutivo y de hacerlo «de forma calculada para crear confusión».
Después de señalar que ayer, al acabar la reunión de las dos Castillas y Madrid, salió convencido de que había un acuerdo, el presidente castellano-manchego, Emiliano García Page, ha criticado que pueda haber “acuartelamientos de media hora: no podemos decirle a la gente que el jueves no salga, el viernes si quiere sí y el sábado otra vez en casa, hay que ser serios”.
ENSAYOS DE UN CONFINAMIENTO GENERAL
Con Madrid en su rincón del ring político, Cataluña ha anunciado el cierre de su territorio durante 15 días y el de cada uno de sus municipios los fines de semana. No habrá ni cine ni teatro, ni actividades deportivas no profesionales, aunque sí abrirán las escuelas, y se prorroga el cierre de la restauración y los centros comerciales, al tiempo que se recomienda el teletrabajo.
Con estas medidas a la alemana, el Gobierno catalán trata de hacer frente a una avalancha de contagios que sigue en lo más alto: 5.761 nuevos casos y 78 fallecidos notificados en las últimas 24 horas y una tensión creciente en los hospitales con 182 nuevos ingresos (2.387 en total) y 78 personas más en las UCI (434).
También Castilla y León se acerca a su particular situación crítica: 26 fallecimientos y 1.905 nuevos positivos (728 más que ayer), que elevan la incidencia a 700,5 casos. Las hospitalizaciones se elevan a 1.506 (22,41%) con 180 pacientes en las ucis (37,66%).
A la vista de esta evolución, la Junta de Castilla y León ha pedido al Gobierno que habilite las herramientas legales para un eventual confinamiento domiciliario, que preserve las actividades esenciales como la educación, si los datos epidemiológicos no mejoran en dos semanas, y ha puesto encima de la mesa la fecha del 15 de noviembre.
El confinamiento general, aunque suavizado respecto al estricto de marzo, lo defienden desde hace tiempo muchos expertos en salud pública como única alternativa a la alta transmisión descontrolada del SARS Cov-2 y en menos de una semana ha comenzado a dejar de ser un tabú en España.
ESTADO DE ALARMA HASTA MAYO
“Vienen 15 días decisivos para evitar un confinamiento como el de marzo”, ha dicho el ministro de Sanidad, Salvador Illa, desde la tribuna del Congreso en su defensa de la prórroga de seis meses del estado de alarma, hasta el 9 de mayo, aprobada por amplia mayoría: 194 votos a favor, 53 en contra de Vox y Foro Asturias y 99 abstenciones del PP.
Illa ha advertido de que el escenario «es muy preocupante», de que «llega un invierno largo», en el que la covid-19 se juntará con la gripe, de «la fatiga pandémica» de los ciudadanos, de que sigue habiendo «muchas incertidumbres» y ha pedido, sin éxito, su apoyo el PP con el argumento de que demostrara «si es un partido de Estado o está con la ultraderecha».
El líder popular, Pablo Casado, que defendía un estado de alarma de hasta dos meses para «salvar la Navidad», ha acusado al Gobierno de «irresponsabilidad» y «arrogancia» y de gobernar por decreto y sin contrapesos y ha censurado a su presidente, Pedro Sánchez, como el resto de grupos, su ausencia no sólo del debate, sino también del hemiciclo, que ha abandonado tras escuchar a Illa.
¡Recibe notificaciones en tu escritorio para poder enterarte de todas nuestras noticias!