
Música: El pianista callejero
Un piano suena por las calles de nuestra provincia desde que empezó esta maldita pandemia, cada día en una localidad distinta, una hermosa melodía llega a mis oidos y decido conocer más sobre el que se hace llamar, el pianista callejero, en las redes sociales.
Hammond Leslie es el nombre por el que es conocido este músico profesional, completamente autodidacta que se dedica al mundo de la música desde hace mucho tiempo, con el grupo Ellas y en ocasiones con la cantautora Silvia Bouzo. Cañaílla de nacimiento y actualmente residiendo en la campiña jerezana. Su vida da un giro hace tres años, en los cuales ha llegado a perder con voluntad y esfuerzo una totalidad de 46 kilos, su esposa ha sido intervenida y se ve rodeado de momentos difíciles en el ámbito profesional. Gran admirador de Richard Clayderman, al que conoce personalmente y le comenta su intención de hacer un tributo hacia su persona, todo un espectáculo en el que se alternarían sus interpretaciones al piano y narración sobre la vida del reconocido pianista, cosa que a Richard parece gustar bastante. Todo organizado, contratos cerrados y comienza este fatídico 2020, el que parecía ser su año se transforma en algo totalmente distinto a lo planeado, actitud positiva, fuerza y arrojo, engalana su piano, recrea un ambiente romántico y se lanza a las calles con la única intención de que cualquiera que pare a escuchar su música desconecte de esta triste realidad, quiere aportar su granito de arena para sanar las mentes con la dulzura de sus melodías. Positivo como el que más, sin grandes ambiciones mientras que no falte en su casa de comer y para poder pagar facturas, una persona con muchos sueños que piensa realizar en cuanto sea posible.


Él no se cataloga como acompañante al piano, asigna una función a cada una de sus manos, una tocará la melodía y la otra las letras. Una persona entrañable y dulce que regala sus melodías para intentar sanar corazones gracias a su pasión y lo que sabe hacer.
En esta ocasión me lo encuentro en la calle Real de San Fernando, lo que había visto y escuchado en redes sociales supera lo esperado en directo. Un ambiente exquisito, un piano eléctrico con una carcasa creada por él de madera recreando un piano de cola, su rosa roja sobre él que nunca falta, su pequeño atril sobre el instrumento, un foco que lo ilumina y varias velas que propician un ambiente aún más romántico, bajo esas velas carteles con mensajes preciosos : Lo inesperado es lo que te cambia la vida, si te paras un momento…me recordarás siempre, la música une a las personas, una vieja canción es la mejor máquina del tiempo que existe, el primer paso no te lleva a dónde quieres ir pero te saca de donde estas, la música es la medicina del alma.
Se considera feliz y afortunado haciendo lo que hace y habiendo tomado esta alternativa durante esta época, es fascinante ver como adultos y menores sonríen mientras disfrutan de ver esas manos tocando conocidos temas como my way, women in love, killing me softly, tu frialdad, imagine o la popular banda sonora de la película Titanic. A la hora de hablar con él pedí que si al verme aparecer podía tocar sonata en claro de luna ya que es uno de los temas que más me encandilaban en mi infancia cuando mi padre ponía las casetes de Richard Clayderman en el coche, cintas que pasaron a ser de mi posesión en cuanto él se descuidó, escuchándolas cada noche una y otra vez en mi cuarto antes de dormir durante años. Fue un momento mágico acercarme a él escuchando esas teclas sonar sabiendo que eran para mí.
Gracias Hammond Leslie, por regalarnos tu arte, por intentar hacer más felices a los demás y por supuesto por luchar por tus sueños. Nunca sabemos quién puede estar mirando tras una red social y en este caso te encontré yo. Gracias y todos y cada uno de esos músicos profesionales que salen a la calle para deleitarnos con aptitudes, demostrando la pasión por lo que hacen como es el caso también del famoso guitarrista Juan Valenzuela que lleva años haciéndolo aun no faltándole nunca el trabajo.
Tras cada actuación termina con su peculiar ritual, sentarse solitario en un banco a comerse una manzana.
¡Que la música siga sonando!
Informa: Mar Racero








¡Recibe notificaciones en tu escritorio para poder enterarte de todas nuestras noticias!