El sueño de Fernando Alonso de conquistar las 500 millas de Indianápolis tendrá que esperar. El piloto asturiano sufrió problemas de caja de cambios que le privaron de luchar por llegar a la recta final de carrera con opciones, y se tuvo que conformar con la 21ª posición.
Al menos pudo completar por primera vez la cita en el óvalo, ya que en 2017 abandonó… y como aquel año, el vencedor fue Takuma Sato. El japonés se impuso a Scott Dixon en una frenética carrera, especialmente al final. Alonso tendrá que esperar a que se le acabe el contrato con Renault, ya que el equipo galo ya advirtió que no le iba a dejar correr otras carreras mientras estuviera con ellos.
Lo que no faltó en la previa de la carrera fue el homenaje a las víctimas en el ejército estadounidense. Esta carrera se suele disputar en el último domingo de mayo, el ‘Memorial Day’ (el día de los caídos), pero se ha trasladado el homenaje a este mes de agosto. Pero este 2020 está marcado por la pandemia, y qué mejor que dos médicos, los doctores Elvis Francois y William Robinson, para cantar el himno.
En la salida, como era previsible, Marco Andretti perdió la primera posición nada más salir. Scott Dixon le arrebató la primera posición y se escapó pronto, con Takuma Sato detrás y el poleman tercero.
Fue un arranque de carrera con incidentes, ya que Ed Carpenter se tocó con el muro después de haber sido cerrado de manera un tanto agresiva por Santino Ferrucci y tuvo que entrar en boxes. Mucho peor fue lo que le ocurrió a James Davidson, cuyo neumático delantero izquierdo salió ardiendo, literalmente, por la fricción de la pastilla de freno con la llanta. Primera neutralización de la carrera.
Este inesperado incidente hizo que muchos pilotos, especialmente de la zona trasera, entraran en boxes para hacer la primera parada de la carrera, incluido el propio Fernando Alonso, que le hizo perder las posiciones iniciales que había ganado para volver a quedarse en torno a las cercanas a la 24ª. Por delante, Álex Palou cedió hasta el 11º, aunque con buen ritmo para mejorar más adelante.
La segunda amarilla llegó no mucho más tarde. Sólo se habían disputado 25 vueltas cuando Marcus Ericsson, expiloto de F1, se dio contra el muro de la curva 4 después de salirse a la zona sucia de la estrecha trazada. El golpe fue fuerte, pero no serio ya que salió decepcionado, pero intacto. Iba 8º.
Este segundo incidente hizo que otros muchos pilotos volviesen a entrar en boxes, con Alonso de nuevo. El objetivo era claro: ahorrarse una parada más adelante, dado que se empezó a estirar mucho el grupo.
Simon Pagenaud, ganador de 2019, se vio liderando tras la bandera verde, con su compañero Will Power tercero, dejando claro que el equipo Penske (su jefe es el dueño de la competición, literalmente) y empezó a tirar. El objetivo del francés, que salía en la misma fila que Alonso, era aprovechar su segunda parada para ganar posiciones… pero la gran parada en boxes de Oliver Askew, otro de los pilotos del Arrow McLaren SP, le hizo ganarle la posición.
Las progresivas entradas de rivales, además de buenos adelantamientos en pista, hicieron que Álex Palou volviera a la 12ª posición, luchando con Colton Herta, y Fernando Alonso subiera a la 20ª, sin apretar mucho, pero sin aflojar, y cuando pararon los de arriba, encaramarse al ‘top 15’.








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