Barcelona ha recordado este lunes los atentados yihadistas del 17 de agosto de 2017 en un sobrio pero emotivo acto celebrado en Las Ramblas con las víctimas como protagonistas, mientras autoridades y representantes políticos han permanecido en un discreto segundo plano.
Una cincuentena de familiares de fallecidos, heridos y testigos presenciales de los atentados, de los que este lunes se cumplen tres años, han presidido la ceremonia, con claveles blancos en la mano, sobre el mosaico del Pla de l’Os de Joan Miró, donde el terrorista Younes Abouyaaqoub abandonó la furgoneta tras el atropello masivo de Las Ramblas.
En una segunda fila han permanecido las autoridades y representantes políticos, encabezados por el presidente de la Generalitat, Quim Torra; los presidentes del Congreso y del Parlament, Meritxell Batet y Roger Torrent; el ministro de Sanidad, Salvador Illa; la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Una joven estudiante del cercano Liceu de Barcelona ha interpretado al violonchelo «El Cant dels Ocells» mientras los concentrados guardaban el minuto de silencio, en el que algunas de las víctimas no han podido reprimir las lágrimas.
Posteriormente, representantes de las víctimas han depositado coronas de flores sobre el mosaico, tras lo que autoridades, miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad y otros asistentes al acto han llenado de claveles blancos los maceteros instalados a modo de altar.
El solemne silencio del acto solo se ha visto interrumpido por algunas voces que clamaban «saber toda la verdad», lema de la campaña impulsada por el padre de un niño fallecido en los atentados, cuyo abogado -el diputado de JxCat Jaume Alonso Cuevillas- exige a la Audiencia Nacional que aclare si el imán de Ripoll (Girona) y cerebro de la célula yihadista tenía relación con el CNI.
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