El próximo 7 de agosto se reanudará la Champions League. Primero, se resolverán las eliminatorias de octavos que están pendientes, entre las que están la de Real Madrid y Manchester City y la de FC Barcelona y Nápoles. El Atlético ya está en cuartos tras resolver su pase frente al Liverpool, en un encuentro no sin polémica por el viaje de aficionados a Inglaterra.
Si no se puede en los campos de los equipos que deben jugar la vuelta en casa (Quique Setién lo ha pedido insistentemente, por ejemplo) se han propuesto las sedes de Guimaraes y Oporto.
Pero será Lisboa la que albergue los platos fuertes del regreso. La capital lusa fue la elegida por la UEFA como la ciudad que iba a albergar una ‘final a 8’, con los cuartos, las semifinales y el gran partido que decidirá el título a partir del 12 de agosto. Sin embargo, los últimos acontecimientos pueden cambiar los planes iniciales.
Lisboa vive estos días un serio repunte de contagios por Covid-19. El primer ministro Antonio Costa ha endurecido las condiciones (de 20 a 10 personas como máximo en las reuniones, cierre de establecimientos a las 20:00h…) después de que la zona de la capital y el Valle del Tajo se convirtiesen las que más casos acumulas en todo el país. De los 347 contagios en la última jornada, el 87% se detectaron en esta zona.
Esta «segunda ola», como ya califican las autoridades, que está viviendo Lisboa hace peligrar seriamente el regreso de la Champions. A día de hoy, UEFA no se ha echado para atrás y mantiene los estadios de Benfica y Sporting de Lisboa como las sedes elegidas, pero mantienen en la recámara la posibilidad de trasladarlo a otros feudos. Desde un principio advirtieron que estarían vigilando el avance de la pandemia.
Lo que no cambiará, salvo una suspensión absoluta, será el formato. A partir de cuartos de final, se jugarán a partido único con lo que se minimizará el riesgo.
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