El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hace un llamamiento a la sociedad para que se «tome en serio» las medidas de la desescalada porque la transición hacia la nueva normalidad será «más difícil» que el confinamiento total.
«Hemos hecho un esfuerzo grandísimo durante siete semanas y vamos a tener que seguir haciéndolo para no perder el camino que hemos avanzado entre todos» y que se ha traducido en una disminución de los fallecidos y contagiadospor el coronavirus, destaca Marlaska en una entrevista telemática con Efe.
El titular de Interior se muestra confiado en que la población mantenga como hasta ahora una conducta responsable, la misma que ha pedido a los grupos políticos para que apoyen la prórroga del estado de alarma, la única posibilidad -dice- para amparar las medidas de este periodo de transición.
Tres días después de las medidas de alivio para la población general, el titular de Interior hace un balance «razonablemente positivo», aunque reconoce alguna «disfunción» que podía ser incluso aceptada «en un primer momento». No obstante, hay situaciones «nada aconsejables», como que salgan a la calle matrimonios en la franja horaria de los niños o grupos charlando en la calle.
«Aunque parezca absurdo, es más fácil el confinamiento total que poder salir con condiciones. Es más difícil adaptarse a un confinamiento parcial y nos lo tenemos que tomar todos en serio», enfatiza el ministro.
No podría entender que la prórroga no fuera apoyada
Convencido de que no hay otra opción al estado de alarma, Marlaska se muestra esperanzado en que la prórroga que propondrá este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salga adelante, porque no puede entender que no haya esa responsabilidad por parte de los grupos políticos. «No alcanzo a vislumbrar cualquier otro paisaje que no sea la aprobación», afirma.
Y aunque echa de menos una oposición constructiva, cree que finalmente el PP apoyará la prórroga, porque «desde el punto de vista jurídico no hay otra posibilidad real que ampare las medidas del periodo de transición». Marlaska no quiere entrar en «la controversia política» porque «no es el momento» y porque de lo que trata ahora el Gobierno es de afrontar «la mayor crisis del país».
La misma confianza que tiene en los partidos para prorrogar el estado de alarma la traslada al pacto de reconstrucción social y económica al que se quiere llegar en la comisión creada a tal efecto en el Congreso. «Espero que el PP y el conjunto de los grupos se comprometan antes que después y lleguemos a un acuerdo».
A Marlaska no le importa reconocer que probablemente el Gobierno podía haberse explicado mejor e, incluso «haberlo hecho mejor», aunque lo justifica en que se trata de una emergencia sanitaria, «la más grave del siglo», con la que nos encontramos «de la noche a la mañana».
De todos modos, «el esfuerzo y la autoexigencia» han sido importantes, pero «todo es mejorable», insiste el ministro antes de dar la razón a quienes piensen que en algún momento el Gobierno no ha comunicado todo lo bien que debía hacerlo. «Pero que nadie tenga duda de que ha habido transparencia», apostilla.
Los agentes denuncian con criterios de proporcionalidad
Tras siete semanas en estado de alarma, las fuerzas y cuerpos de seguridad ya han emitido más de 800.000 propuestas de sanción por infringir las restricciones. Según el ministro, la mayoría son leves y «bastantes» las acumulan personas reincidentes, y la cifra global tampoco es tan relevante en una población de 47 millones.
«Cuando la policía denuncia hechos, lo hace con criterios de proporcionalidad y necesidad, porque no hay otra opción», asegura el titular de Interior, antes de lamentar que haya ciudadanos que critiquen a las fuerzas de seguridad por ser permisivas cuando hacen una labor pedagógica y al mismo tiempo les reprochen cuando denuncian.
Reitera el ministro que la denuncia es una forma de mantener el comportamiento solidario y una postura responsable de los agentes hacia el conjunto de la sociedad para proteger la salud de todos los ciudadanos.
Aumento de denuncias por violencia machista
Interior sigue monitorizando las redes, como no ha dejado de hacer nunca, para evitar que los «desaprensivos» utilicen la COVID-19 para cometer delitos, desinformar a la sociedad y generar en ella tensión y estrés.
Las fuerzas de seguridad tampoco han bajado la guardia para proteger a las víctimas de la violencia machista y, de hecho, la media diaria de detenidos durante el confinamiento por esta causa ha sido de 120.
Una vez que se levante el confinamiento, las fuerzas de seguridad creen que aumentarán las denuncias. «Es una posibilidad muy razonable que tenemos en cuenta», subraya el responsable de Interior, que también trabaja con la hipótesis de que las llegadas de inmigrantes de forma irregular puedan crecer.
Desescalada en las cárceles
El coronavirus ha tenido menor incidencia en las prisiones, donde desde un primer momento se adoptaron medidas estrictas como la prohibición de las visitas de familiares y allegados a los reclusos.
Sin embargo, y como ocurrirá con el resto de la sociedad, el Ministerio ya piensa en medidas de alivio, condicionadas, según el ministro a la salvaguarda de la salud de los internos, de los funcionarios y de la sociedad.
Por eso, restablecer las comunicaciones es una de esas medidas de alivio que se están estudiando para evitar el «exceso de aislamiento» de los que de por sí ya están aislados.
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