El Pentágono ha descartado finalmente la oferta de la empresa pública española Navantia y adjudica su preciado contrato para diez nuevas fragatas a la italiana Fincantieri a través de su filial en Wisconsin. Se trata de un pedido inicial por valor de 700 millones con opción de llegar a 5.000 millones de euros y era uno de los pedidos más importantes que intentaba conseguir Navantia con apoyo del Gobierno español.
El comunicado de la Armada de EEUU se decanta por Fincantieri. «La Fragata de Misiles Guiados de la Armada (FFG(X)) será una parte importante de nuestra futura flota», afirmó el Jefe de Operaciones Navales,el almirante Mike Gilday. Dijo que el diseño de la nueva fragata del grupo italiano ofrece «mayor letalidad, capacidad de supervivencia y mejor capacidad para apoyar la Estrategia de Defensa Nacional en toda la gama de operaciones militares». En el comunicado señala que la nueva fragata incorporará el sistema de combate AEGIS que es una especialidad de Navantia y General Dynamics, que concurrían juntas al concurso. Según el Pentágono «ha habido una competencia abierta y múltiples ofertas».
La adjudicación coincide con una relación fría entre el Gobierno de EEUU y el español con múltiples fricciones como la desatada por la decisión de la titular de Defensa, Margarita Robles, de retirar la fragata Méndez Núñez de un grupo de combate estadounidense en el Golfo Pérsico en un momento en que el presidente Donald Trump ejercía máxima presión sobre Irán el pasado año. También recibe críticas en Washington el plan del Gobierno de relanzar la llamada Tasa Google.
Por su parte, el Gobierno italiano se felicita del éxito en la adjudicación: «La adjudicación de la licitación de la Armada de EE.UU. para 10 nuevas fragatas confirma la excelencia de Fincantieri en la construcción naval. Un pedido de alta relevancia tecnológica y comercial que testimonia la calidad de la industria italiana y la capacidad de relanzar nuestro país», afirma el ministro de Economía, Roberto Gualteri.
La Armada de EEUU ha dividido su proyecto inicial de 20 fragatas, por lo que Navantia y otros ofertantes como Austal, pueden tener una segunda oportunidad. Para los astilleros estatales españoles, el contrato ya perdido era importante también como tarjeta de visita para otros contratos en otros países y así intentar revitalizar su cartera de pedidos.
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