Debutar en Carranza con ocho bajas en este 2020 no era tarea fácil para un Cádiz que tenía que emplearse a fondo. Ya lo alertaba Álvaro Cervera en la previa, la forma de jugar del rival podía generar muchos quebraderos de cabeza.
El once titular tenía numerosas novedades, unas las esperadas, otras como la presencia de Sergio González en el doble pivote o Rhyner en el eje de la zaga, las que entraban en las diferentes quinielas.
Salió el Cädiz con la lección aprendida de mantener el balón lejos de la portería propia y cerca de la rival. Un centro de Álex al minuto ya avisaba. Se gustaban los amarillos que se acercaban con peligro a la portería de Limones, pero la réplica al cuarto de hora con un centro de Merquelanz que se paseaba, servía como aviso.
El 11 burgalés era el más activo. Una falta sacada poco después desde el vértice del área fue despejada por Cala y Lozano a córner. Aunque lo más peligroso fue una pérdida de Sergio González en el centro del campo que que acabó con un tiro de Sánchez pegado al palo.
Lo mejor cadista estaba por llegar. Centrochut de Perea que sacaba la zaga y en el rechace Edu Ramos mandaba pegado al palo, centro de Espino que cabeceaba Choco pegado a la cruceta o centro de Alejo que remataba el hondureño y detenía el portero. El acoso tenía premio. En el minuto 39 un centro de Espino dentro del área fue bien rematado por Choco Lozano en el segundo palo para poner el 1-0.
Pero la alegría sólo iba a durar dos minutos. Después de una discutida jugada donde se pidió falta sobre Cala, el juego continuó y Merquelanz armó un chut frontal ajustado que no pudo detener Cifuentes. Al descanso, igualada en el marcador.
Arrancaba la segunda parte con alegría. Una falta lateral, casi córner, bien sacada por Álex era peinada por Sergio González y rematada a gol por Rhyner en el segundo palo. De nuevo con ventaja, ahora con la clara intención de conservarla a base de esfuerzo.
El partido pasaba a ser ‘modo Cádiz’: control del juego, intentos de aprovechar la rapidez a la contra y búsqueda de fortaleza defensiva. Álex sirvió un córner en el minuto 52 que Sergio cabeceó fuera por muy poco, el rival también tuvo la usya en un tiro cruzado de Kijera que hizo lucirse a Cifuentes.
El duelo iba a dejar contratiempos. Sergio González tuvo que ser sustituido por lesión produciendo el debut de Pombo en el minuto 70, poco antes Nano había relevado a Iván Alejo. Andoni Iraiola tambioén movía banquillo buuscando la igualada.
El juego se detenía hasta en dos ocasiones para que fueran atendido Rhyner y Edu Ramos, algo que beneficiaba para que el partido perdiera intensidad para el rival. Avanzando el cronómetro, era más importante el control que la posesión, y Cervera insistía constantemente desde la banda en la importancia de un buen posicionamiento. El Mirandés comenzaba a ver en los balones largos su principal arma que la zaga se encargaba de neutralizar yendo al límite. Javi Navarro por Perea era el último cambio a falta de diez minutos.
El balón era propiedad del Mirandés en el tramo final, pero eso no preocupaba en exceso dentro del guión esperado. Y así se iba a cumplir en el minuto 89. Contragolpe para Pombo que envía a Nano Mesa, y el tinerfeño no falla el mano a mano para poner el 3-1. Con incertidumbre de VAR de por medio, el tanto subía. Pero había para más, un chut dede la frontal se estrellaba en el palo, y en el rechace Guridi recogía la bola para poner el 3-2 y en el descuento una falta lejana fue rematada por Odei puso el empate definitivo. La victoria voló en el descuento.
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