De la falta de empleo a la situación en que vive inmersa Cataluña. El rey Felipe VI ha aludido este martes, en su discurso de Nochebuena, a las «serias preocupaciones» que afronta España en estos momentos. Don Felipe, que reconoció que «no vivimos tiempos fáciles», trasladó el mensaje desde la «confianza firme en nosotros mismos y en España» y destacando que «superaremos los desafíos que tenemos por delante». «Confiemos en España y mantengámonos unidos en los valores democráticos que compartimos para resolver nuestros problemas», manifestó.
El rey, que en su discurso aludió en una ocasión expresamente a Cataluña, reivindicó “la voluntad de entendimiento y de integrar nuestras diferencias dentro del respeto a nuestra Constitución”. Además, recordó el «deseo de concordia» que en otros momentos «derribó muros de intolerancia, de rencor y de incomprensión» gracias “a los afectos, la generosidad, al diálogo y al respeto entre personas de ideologías muy diferentes».
Felipe VI se refirió también a la actual situación de interinidad tras las elecciones de noviembre. «Corresponde al Congreso, de acuerdo con nuestra Constitución, tomar la decisión que considere más conveniente para el interés general de todos los españoles», recordó .
El rey hizo numerosas referencias a la Carta Magna, que «asegura nuestra convivencia en libertad» y que ha facilitado «una transformación muy profunda, como jamás antes en nuestra historia». Así, defendió que «todo cuanto hemos logrado no se ha generado de manera espontánea» y consideró que «es el resultado de que millones de españoles, gracias a nuestra Constitución, hemos compartido unos mismos valores sobre los que fundamentar nuestra convivencia».
La situación de los jóvenes y el aumento de la desigualdad fueron otros de los aspectos a los que se refirió Don Felipe en su discurso. Tras destacar que «los tiempos actuales son de mucha incertidumbre, de cambios profundos y acelerados», lamentó que «la crisis económica ha agudizado los niveles de desigualdad».
«La falta de empleo, sobre todo para nuestros jóvenes, y las dificultades económicas de muchas familias siguen siendo la principal preocupación de nustro país», recordó, antes de referirse al «deterioro de la confianza de muchos ciudadanos en las instituciones y desde luego Cataluña», a las que citó como «otras serias preocupaciones que tenemos en España».
Por último, el rey pidió «no caer en los extremos, ni en una autocomplaciencia que silencie nuestras carencias o errores, ni en una autocrítica destructiva». «Queda mucho por hacer, por mejorar y renovar», dijo, para lo que pidió «una conciencia clara y objetiva de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades». Además, advirtió de que «el tiempo no se detiene y España no puede quedarse inmóvil, ni ir por detrás de los acontecimientos».
En el mensaje, don Felipe trasladó «un recuerdo muy especial para las familias y personas más afectadas» por las inundaciones y las riadas de los últimos días.
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