Batacazo histórico. Acostumbrado a ser agraciado por la fortuna de las urnas durante más de una década, lo que fue engordando la leyenda del infalible olfato político de Albert Rivera , el líder de Ciudadanos ha descubierto de golpe y sin anestesia el lado más amargo del escrutinio público. El hundimiento de los liberales ha sido tan fulgurante como brutal. La duda ahora es saber si Rivera presentará la dimisión en las próximas horas o se enrocará en el cargo, propiciando que ser arme en los próximos meses una alternativa encabezada por Inés Arrimadas.
La sede de Ciudadanos en la madrileña calle de Alcalá ha sido la viva imagen de un funeral -prehistórico parecía la alegría del 28 de abril cunando contra pronóstico obtuvieron 57 diputado , a la espera de si en las próximas semanas se certifica el entierro político de Rivera, quien intentará como un animal mal herido hacer valer su resultado para facilitar la gobernabilidad de España y convertirse en la llave de la gobernabilidad de España.
Un partido útil. La intención de Ciudadanos es convertirse en la llave de la gobernación de España al margen de los malos resultados en las urnas. Así enfocaron los estrategas naranjas la campaña electoral con dos mensajes centrales: la idea de que ellos no van a ser nunca más los “bloqueadores” de un nuevo gobierno de España, como tampoco pondrán impedimentos para la aprobación de los presupuestos generales del Estado.
Esta posición permite a Albert Rivera tener cierto margen de maniobra después del 10-N para sacar rédito a los resultados en las urnas y frenar, al menos por una temporada, cualquier maniobra sucesoria en Ciudadanos, pese a que los rumores ya hablan de Inés Arrimadas y Luis Garicano como posibles sustitutos al frente de la nave naranja.
A diferencia de la campaña de los comicios generales del 28 de abril, basada en reforzar su “no es no” a Pedro Sánchez y con numerosos actos en zonas poco pobladas, esa España vacía (o vaciada) donde Cs logró penetrar, en esta ocasión los liberales centraron sus actos en Madrid y Barcelona, con la crisis catalana por el independentismo como principal caballo de batalla, el llamamiento a la movilización (al tener el electorado más proclive a la abstención) y con un perfil menos beligerante respecto al Ejecutivo del PSOE, ofreciéndose incluso como futuros socios de gobierno
Una estrategia completamente errada visto los resultados en las urnas. Levantar el veto a Sánchez no ha sido la solución, sino el acicate para que muchos de sus votantes en 28-A se hayan decantado ahora por entregar su papeleta al PP y a Vox. Cs dejó de ser visto como una opción útil para frenar a un Pedro Sánchez que provoca un importante sentimiento de repulsa en amplios sectores de la sociedad española.
El primero en comparecer, con cara de circunstancias, ha sido el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, quien ha lamentado baja la participación y ha asegurado que el partido intentará “solucionar el problema del bloqueo político, por nosotros no va a quedar”. De nuevo la idea de utilidad.
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