La Policía Nacional ha detenido en Alicante a un vigilante de seguridad y a una empleada de limpieza de el Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Correos por la sustracción de unos 350 paquetes postales con mercancía valorada en más de 52.000 euros. Los investigadores también han arrestado a la pareja del vigilante de seguridad tras descubrir decenas de efectos robados en el domicilio conyugal.
La mayor parte de los envíos robados eran de teléfonos móviles de alta gama. Las sustracciones de los paquetes se llevaron a cabo entre enero y junio del pasado año y todas se llevaron a cabo durante los fines de semana.
Las detenciones se han llevado a cabo tras la investigación realizada por el Grupo II de Delincuencia Especializada de la Brigada Provincial de Policía a raíz de la denuncia presentada por Correos. Los denunciantes comunicaban la pérdida en el CTA de Correos en Alicante de un elevado número de envíos remitidos por las operadores de telefonía, especialmente los paquetes «premium», que son de mayor valor.
La primera detención fue la de una mujer empleada del servicio de limpieza que fue sorprendida por vigilantes de seguridad de Correos cuando trataba de robar diez paquetes postales que escondió en la bolsa de basura y varios objetos que llevaba en el bolsillo de su pantalón. Una vez fue detenida reconoció a la Policía que un vigilante de seguridad realizaba acciones sospechosas y que le había regalado tres teléfonos móviles.
Los investigadores detuvieron al vigilante, del que sospechan que actuaba en connivencia con la limpiadora. También se procedió a la detención la mujer del vigilante acusada de participar en los beneficios obtenidos por los robos.
Según ha informado la Policía, los detenidos aprovechaban los fines de semana para hacerse con los paquetes. Presuntamente estudiaban la mercancía que llegaba por la noche y elegían los paquetes «premium». Tenían predilección por los envíos de empresas de telefonía o perfumería y una vez que se habían decidido por un paquete lo ocultaban en bolsas de basura que luego se encargaban de sacar de la empresa como si de desperdicios se tratara. Posteriormente vendían estos efectos en tiendas de segunda mano o portales de venta online.
Los agentes realizaron dos registros domiciliarios e intervinieron 17 teléfonos de alta gama, 11 tablets, 2 ordenadores portátiles, un televisor, 150 relojes, 150 perfumes, dinero en efectivo y multitud de productos cosméticos.
Una de las detenidas fue puesta en libertad tras declarar en Comisaría. Los otros dos, uno de ellos asistido por el abogado Moisés Candela Sabater, fueron puestos a disposición judicial y quedaron en libertad.
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