El Real Madrid alarga una semana de disgustos y observa el completo vacío en el horizonte. Apenas iniciado el mes de marzo, al equipo blanco no le queda nada por lo que seguir peleando. La posibilidad de llevarse la Copa del Rey se fue con el asaltó del FC Barcelona, a base de pegada, al Santiago Bernabéu. LaLiga, salvo milagro histórico, se le escapó apenas tres días más tarde tras volver a caer ante el conjunto de Ernesto Valverde. Ahora, el bloque de Solari se despide también de la Champions. Un golpe muy duro para la afición blanca y el vestuario.
El Real Madrid fue eliminado nueve años después en octavos de final de la Champions League, en la noche más negra del dominador del torneo, remontado por un Ajax exultante (1-4) que sacó a relucir todos los defectos de un equipo a la deriva, descompuesto, que en seis días se despidió de todo.
Fin a la temporada. A inicios de marzo. La caída sin red de un Real Madrid sin referentes, se recrudeció en su competición fetiche. Se jugó todo a una carta y esta vez perdió. El campeón se descompone. Cayó con estrépito, dilapidó su ventaja de Amsterdam por una profunda depresión que arrasa con todo, incluido con un Solari sentenciado que acelera la construcción de un nuevo proyecto. Nuevo entrenador y reestructuración profunda de la plantilla.
Ausencia total de un líder a la hora de la verdad y con el capitán en la grada por decidir que la vuelta era buen momento para forzar una amarilla. Despropósito total. Ya rozó la debacle en una primera mitad en la que todo lo malo que podía pasar le sucedió a un equipo sin confianza. Una caricatura del campeón. Estrellándose con la madera antes de ser un juguete en manos de cualquiera que pase por el Santiago Bernábeu. Con dos jugadores cayendo lesionados, Lucas Vázquez y Vinicius, castigando la falta de rotación de Solari cuando se jugó todo.
Un proyecto que nació mal desde el inicio, por el inmovilismo de la directiva a cubrir la salida del que era líder absoluto del equipo, Cristiano Ronaldo, y que ha tenido un desplome inesperado. Tres competiciones perdidas en una semana. De los dos clásicos dolorosos por ser un golpe de realidad, al castigo durísimo de un Ajax exultante en su físico que se paseó en el Bernabéu.
Se escuchaban más a 4.000 holandeses en la grada que a 76.000 madridistas. Ni noche de Copa de Europa, ni recibimiento previo, ni nada. El aficionado ve de frente la realidad y acude a un nuevo capítulo de sufrimiento, con poca esperanza en la resurrección. Este año con menos argumentos que nunca para aferrarse al milagro. El Real Madrid más endeble de la última década, con más derrotas.
Pudo tomar aire si el travesaño no hubiese repelido el testarazo de Varane nada más alzarse el telón. El Real Madrid salió duro, intimidatorio en el balón dividido, hasta que Kroos expresó lo contrario. Blando, con exceso de confianza, cayó pensando que se señalaría falta y provocó un contragolpe en superioridad que el Ajax interpretó a la perfección. Tadyc leyó la acción y Ziyech superó a Courtois con su disparo colocado. Era el minuto 7 cuando se iniciaba la pesadilla.