El pintor Eduardo Arroyo ha muerto este domingo en Madrid a los 81 años, han confirmado a Efe fuente familiares, que han indicado que el artista ha fallecido en su vivienda, rodeado de su familia, que está haciendo los trámites oportunos para su traslado al tanatorio madrileño de la M-30. Arroyo está considerado clave en la figuración española y está vinculado al ‘pop art’.
El rey Felipe VI se ha referido al pintor Eduardo Arroyo como uno de los insignes de la pintura española: «España pierde hoy a uno de sus insignes de nuestra pintura. Pero la obra de Eduardo Arroyo seguirá presente en los museos de todo el mundo, con nosotros y para nuestras futuras generaciones», ha señalado un tuit de la cuenta oficial de la Casa del Rey.
El artista se tuvo que refugiar en París a partir de 1958 por causa de su antifranquismo. Regresó a España en los 80. A partir de ese momento cobró protagonismo en el circuito artístico. Actualmente, sus obras están en los más importantes museos de arte moderno. Arroyo también destacó como escenógrafo e ilustrador de publicaciones.
Pintor, escultor figurativo y escritor, nació en Madrid el 26 de febrero de 1937. En 1958 se exilió voluntariamente en París (Francia), donde permaneció hasta la llegada de la democracia. El artista, que en 1982 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, es uno de los máximos exponentes de la llamada figuración narrativa.
Su estilo
En sus cuadros predomina la expresión frente al virtuosismo, y la apuesta estética intencional con aprovechamiento del color. Su estilo se opone a la abstracción y al ‘nouveau réalisme’, y es próximo al ‘pop art’. La historieta, la fotografía y el conjunto de las imágenes de lo cotidiano son fuente de inspiración en sus cuadros, escenas de lo cotidiano trufadas de reivindicación social y política.
Durante el exilio, además de dedicarse al periodismo, comenzó su actividad como pintor. En París conectó con los círculos intelectuales y artísticos de vanguardia y desempeñó un papel importante dentro de los sectores progresistas de la cultura francesa. Como pintor expuso regularmente en los principales centros artísticos de Europa y América. Sin embargo, en España fue prácticamente desconocido durante años.
Activista
Su primera exposición, en 1963, fue clausurada por la censura. Años después, al ser nombrado comisario de la Bienal de Valencia, fue detenido en esta ciudad y reclamado por el Tribunal de Orden Público.
Ya en democracia, en España realizó diversas muestras, como la antológica de 1982 en la Biblioteca Nacional de Madrid. Premio Nacional de Artes Plásticas 1982, era caballero de las Artes y de las Letras por el Gobierno francés. Nunca abandonó su vocación literaria y como escritor publicó en 1974 ‘Treinta y cinco años después’, denuncia contra el régimen franquista. En 1986 estrenó en Múnich su primer drama, ‘Bantam’. Entre sus últimas exposiciones se encuentra la reunida en París en octubre del 2015, una muestra sobre sus mejores retratos de los últimos 50 años de su vida.