El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido recibido con pitos y abucheos a su llegada a la plaza de Lima de Madrid, donde se ubica la tribuna de autoridades del desfile de la Fiesta Nacional.
Sánchez ha llegado en su vehículo oficial y, al descender del mismo, numerosas personas que estaban situadas en la zona han silbado al jefe del Ejecutivo, le han abucheado y ha proferido algunos insultos.
El presidente ha saludado a la ministra de Defensa, Margarita Robles; al presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido; a la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena; y al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Fernando Alejandre. Todos ellos han recibido poco después a los Reyes, que presiden el acto junto a sus hijas. También han acudido miembros del Gobierno, presidentes autonómicos y representantes de diversas instituciones, así como Casado y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
La lluvia ha hecho acto de presencia a mitad del acto, lo que ha obligado a suspender la práctica totalidad del desfile aéreo. De los 88 aviones que iban a participar en el mismo solo han intervenido las siete aeronaves de la patrulla Águila.
Como en años anteriores, se espera la ausencia del líder de Podemos, Pablo Iglesias, y de los presidentes de Cataluña, el País Vasco y Navarra. A las 13.15 horas, está programada la recepción del Palacio Real, a la que los Reyes, ya sin sus hijas, han invitado a alrededor de 1.500 invitados, una cifra similar a la del año pasado.
El Parlament aprobó ayer una resolución en la que rechazaba y condenaba el posicionamiento del Rey en el «conflicto catalán» así como su «justificación de la violencia» policial el 1-0, y abogó por la abolición de la institución monárquica, que califica de «caduca y antidemocrática».
Como ha sido habitual la jornada se inició, como en los últimos años, con la videoconferencia que Robles mantuvo en la sede del ministerio con los jefes de las misiones españolas en el extranjero.