Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal de origen nigeriano asentada en Málaga y han liberado a diez mujeres prostituidas. Las víctimas eran captadas en Nigeria y trasladadas por diferentes rutas hasta nuestro país donde eran prostituidas en clubs de alterne de la provincia y en el Polígono de Guadalhorce. Contraían una deuda con la organización que oscilaba entre 25.000 y 55.000 euros y eran obligadas a ejercer la prostitución en condiciones infrahumanas. Los agentes han detenido a quince integrantes de la organización y han desarticulado la rama especializada en el traslado hasta Nigeria del dinero que obtenían de la explotación sexual.
Durante el presente año, la Policía Nacional ha llevado a cabo unas 500 operaciones contra la trata y explotación sexual logrando más de 1.200 detenciones y liberando a 223 víctimas. Además se han realizado 1.250 comunicaciones por parte de la figura del Interlocutor Social que, en cada provincia, mantiene contacto directo con fiscalías de extranjería y diversas ONG´s especializadas para atajar este delito desde una perspectiva multidisciplinar.
Desde Nigeria a Málaga para ser explotadas
La investigación comenzó a finales de 2017 gracias a la declaración de una víctima que manifestó haber sido captada en Nigeria a principios del mismo año. Tras ser trasladada a España, fue explotada sexualmente durante ocho meses en el polígono de Gualdahorce en Málaga.
Tras varias gestiones, los agentes comprobaron que la organización estaba liderada por una mujer asentada en Nigeria, siendo la principal encargada de la captación de las víctimas en ese país. Las víctimas se encontraban en la más absoluta precariedad económica y, aprovechando ese estado de necesidad, les exigían entre 25.000 y 55.000 euros haciéndoles creer que los pagos serían fáciles de afrontar y que en pocos meses habrían satisfecho la deuda. El compromiso se consolidaba mediante rituales de vudú que se realizaban tanto en Nigeria como en Málaga, constituyendo un infalible mecanismo de control puesto que en caso de incumplimiento las víctimas creían que tanto ellas como sus familias sufrirían males que podrían llegar hasta la muerte.
La ruta terrestre Nigeria-Níger-Libia era la más peligrosa puesto que las víctimas tenían que atravesar el desierto y, una vez en Libia, permanecer varios meses en un campamento donde sufrían todo tipo de vejaciones y abusos hasta que se subían a una embarcación rumbo a Italia. Los policías constataron la profesionalización y el volumen de ganancias de la organización desde el año 2017, al detectar que las víctimas empezaron a ser trasladadas en avión directamente desde Nigeria hasta Málaga. De esta forma se aseguraban que las víctimas llegaran rápidamente a España y que el empleo del avión aumentaba la deuda exigida a las mismas.
Como es habitual en este tipo de delitos, y una vez que eran trasladadas a Málaga, se les informaba que habían contraído una deuda con la organización y que debían ejercer la prostitución todos los días de la semana durante maratonianas jornadas, debiendo entregar de forma semanal el dinero ganado a sus tratantes.
Una organización perfectamente estructurada
Además de la captadora en el país de origen, la organización disponía en ambas vías migratorias de miembros que se encargaban de organizar el viaje y controlar a las víctimas hasta que llegaban a su destino.
La rama de la organización que operaba en España era encabezaba por otra mujer que actuaba como nexo con la parte de la organización asentada en Nigeria. Esta mujer, además de proveer con víctimas a otras tratantes de su organización, explotaba a víctimas directamente dependientes de ella y contaba con otros miembros que controlaban y trasladaban a las mujeres.
La organización se valía de un entramado de personas dedicada al traslado del dinero obtenido de la explotación sexual para que el mismo llegara a Nigeria. Para ello utilizaban transacciones bancarias y envíos de dinero o transporte por medio de «mulas humanas», esto es, personas que viajaban de España a Nigeria llevando ocultas grandes cantidades de dinero.
Tras analizar todos los datos obtenidos, los agentes establecieron el correspondiente dispositivo y arrestaron a quince personas en Málaga (13), Madrid y Algeciras. En los seis registros efectuados en diferentes domicilios de Málaga se han intervenido 53.000 euros y 11.000 libras así como ordenadores, teléfonos móviles, documentación relacionada con las víctimas y efectos del vudú.
Más de 1200 detenciones y 223 víctimas liberadas
En su lucha contra la trata de seres humanos, los agentes han llevado cerca de 500 operaciones durante el presente año, algunas en colaboración con los países de origen y tránsito de las víctimas. Como resultado se han detenido a más de 1.200 personas vinculadas a organizaciones criminales de trata y explotación sexual. La suma económica detectada a estas organizaciones durante en el mismo periodo asciende a los 38 millones de euros.
En ese mismo periodo, la Policía Nacional ha rescatado a 223 mujeres principalmente de nacionalidad rumana, nigeriana, china y dominicana. Junto a ellas se ha logrado la identificación, localización y liberación de 20 menores de edad.
Mecanismos de lucha contra la esclavitud moderna
Con el objetivo de mantener de forma permanente el contacto con el resto de actores que participan en la lucha contra la trata de seres humanos, la Policía Nacional cuenta con la figura del Interlocutor Social. Durante el presente año se han mantenido 1.250 comunicaciones entre los Interlocutores sociales territoriales y las fiscalías especiales de extranjería y las diversas ONG`s especializadas en la atención de estas víctimas tan vulnerables.
Asimismo, el teléfono 900 10 50 90 y el correo [email protected], atendidos por policías especializados en la materia durante las 24 horas del día, han recibido 1.992 comunicaciones -900 llamadas y 1092 correos-. Gracias a ellos, los agentes han recibido informaciones operativas útiles que han culminado en detenciones de criminales y en la liberación de mujeres obligadas a ejercer la prostitución.
Ejemplo de la utilidad de tales herramientas en la lucha contra la trata, destaca la liberación de una víctima retenida contra su voluntad en un club de alterne en una localidad murciana. La detención de los cinco responsables se produjo tan sólo una semana después de que los agentes recibieran una llamada a través del teléfono de la trata. Otro ejemplo de su eficacia fue la localización en Granada de una menor obligada a mantener relaciones sexuales durante las 24 horas al día. Un llamada al 900 10 50 90 permitió localizar a la joven y desarticular una red que traficaba con sustancias estupefacientes y que obligaba a menores a ejercer la prostitución.