El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado hoy que quiere tener aprobados los Presupuestos Generales del Estado de 2019 en marzo, «para el primer trimestre» del año.
En una entrevista en la Cadena Ser, Sánchez ha señalado que la intención del Gobierno es presentar el proyecto de Presupuestos a finales de noviembre o principios de diciembre.
En este sentido, ha dicho que «para tener en el primer trimestre los Presupuestos aprobados».
El anteproyecto de Presupuestos debe ser aprobado primero por el Consejo de Ministros para ser presentado con posterioridad en el Congreso de los Diputados, cuya tramitación suele prolongarse en las Cortes Generales durante tres meses.
Preguntado por si prorrogaría los Presupuestos de 2018, del anterior Gobierno del PP, Sánchez ha reiterado en varias ocasiones que el Gobierno sólo trabaja con el escenario de aprobar estas cuentas.
Además ha incidido en que estas no son sus cuentas y que «el Gobierno tiene una voluntad clara de presentar sus Presupuestos».
Sánchez además ha señalado que aunque no esté aprobada la nueva senda de déficit, eso no significa que el Gobierno no plantee el anteproyecto presupuestario.
El presidente del Gobierno se ha referido a la modificación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que será apoyada por Unidos Podemos y los nacionalistas vascos y catalanes para evitar que el Senado pueda vetar la senda de déficit y pueda volver a votarse en el Pleno del Congreso en caso de que sea rechazada por la Cámara Alta.
Al respecto ha dicho que el Gobierno está pendiente de la modificación de esta ley pero «dicho esto, si no es posible, eso no significa que el Gobierno no plantee el anteproyecto de Presupuestos».
Sánchez ha pedido corresponsabilidad a todas las fuerzas políticas para apoyar unas cuentas cuyo objetivo es la «justicia social» y ha incidido en que también habrá «justicia fiscal».
«En este sentido las izquierdas debemos ponernos de acuerdo en reconstruir el Estado de bienestar», ha señalado al tiempo en que ha confiado en encontrar el apoyo del PNV y del PDeCAT tras la negativa del PP y de Ciudadanos.
El presidente del Ejecutivo también ha recordado que en esta legislatura no es posible reformar el sistema de financiación autonómica pero ha recordado que en los Presupuestos habrá unos 9.000 millones de euros para las comunidades autónomas.
Ha puntualizado que las autonomías recibirán cerca de 2.500 millones vinculados al IVA que no han recaudado ante el cambio en el modelo del plazo de pago y que recibirán en 2019 otros 4.000 millones en materia de financiación autonómica y otros tantos millones en caso de aprobarse la nueva senda de déficit que se flexibiliza el próximo año.
Por otra parte, el jefe del Ejecutivo ha avanzado que el anteproyecto de Presupuestos contemplará un impuesto al diésel y otro a las transacciones financieras.
Sánchez ha eludido pronunciarse sobre si el Ejecutivo creará un impuesto nuevo a la banca, tal como había señalado en un principio, y ha confirmado que la propuesta del Gobierno es una tasa a las transacciones financieras.
Asimismo, ha señalado que las cuentas públicas de 2019 también contemplarán un impuesto al diésel, ya que hay un reto importante, que es el cambio climático.
«Todo lo que tenga que ver con transición energética y sostenibilidad del país como la movilidad privada, que es altamente contaminante, tendrá su traducción en una subida de este impuesto», ha dicho, tras indicar que no afectará a los profesionales del transporte.
Por otra parte, el presidente del Gobierno ha insistido en que hay un margen «grandísimo» para aumentar la recaudación proveniente del Impuesto sobre Sociedades y para que contribuyan más las grandes empresas.
Ha reiterado que el Impuesto sobre Sociedades debe tener un tipo mínimo del 15%, porque «esto es justicia fiscal».
Asimismo ha restado importancia a algunos indicadores que podrían estar señalando una desaceleración de la economía, y ha dicho que España no ha perdido ganancia en competitividad y que hay buenas bases para ver un crecimiento sostenido de la economía en el medio plazo. «Hay bases sólidas y bastante esperanzadoras», ha señalado.